martes, 28 de marzo de 2017

El parto

En el Hospital todo estaba en calma, era muy temprano, o muy tarde, eso ya depende de los ojos con que se mire. La matrona nos ofreció hacer un tacto y accedimos.
"Muy bien, estás de 4 ó 5 cms"- Nos dijo.
"Pues nos volvemos para casa"- Respondió mi mujer a la que el dolor no le permitía hablar con tranquilidad.
"Pero qué dices mujer, si le acabo de tocar la cabeza al bebé"- Soltó la matrona entre risas, con este simple gesto  nos contagió su amabilidad y su tranquilidad entró un poco en nosotros. Nos reímos también y aceptamos irnos a la sala de dilatación.

Tres días antes...
Llegué a casa y mi mujer estaba boca abajo en el salón, de rodillas, "me duele, me duele". Rápidamente traté de calmarla mientras anotaba mentalmente la hora, si eran contracciones quería saber si eran regulares o qué demonios pasaba. No eran regulares, la verdad es que nunca lo fueron. Iban y venían como les parecía. Yo, que la había visto retorcerse de dolor con el Crohn, creía que las aguantaría bien. Iluso de mí. "Nada, ya pasó". Y seguimos con nuestra vida, como podíamos, nos poníamos a cenar y entre medias había que parar dos o tres veces para que pasase el dolor. Algunas eran más fuertes, otras más débiles, pero estaban ahí. Sabíamos que teníamos que esperar lo máximo posible hasta ir al hospital si queríamos seguir el camino que habíamos marcado. No valía ponerse nervioso, sólo valía calmarse y relajarse.

Dos días antes...
Aquí tuvimos nuestra última visita a monitores, me gustaría haberme encontrado a la matrona que discutió con mi mujer sobre el plan de parto. Le parecía poco menos que imposible llevarlo a cabo, estuvo dos horas con ella explicándole por qué no se podía hacer lo que por derecho reclamábamos. Un sinsentido que terminó con un "Es que si lo quieres así no vengas a un ambiente hospitalario". Anotado para la próxima vez. En esta última visita les parecía que la niña no se movía lo suficiente y volvieron con un zumo para mi mujer. Se lo tomó y la cosa siguió igual, vamos que estaba durmiendo. Llamaron al ginecólogo y le pareció todo normal, incluso nos dijo que seguro que salía pronto y no llegábamos a la temida inducción. Nos fuimos moderadamente tranquilos y yo comencé a vivir pegado al teléfono. En cualquier momento podía llamarme y tendría que salir disparado. La llamaba cada poco "Qué, nada?" "Me duele pero nada". La fecha límite seguía acercándose y aunque veíamos señales todo iba muy lento. Descubrimos que había maneras naturales de "forzar" el parto y las pusimos todas en marcha. Caminar, estar activa, hacer el amor, infusiones de frambuesa y sobretodo hablarle a ella. Decirle cuánto la estábamos esperando, animarla a salir. Cuando llegaba a casa el panorama seguía siendo el mismo, buscar la postura adecuada para dejar pasar el dolor, no oponerse a el. Como cuando te ponen una inyección y te dicen aquello de "relaja la zona". ¿Quién demonios es capaz de hacer esto? Pues lo mismo nos pasaba, y otra vez el reloj, "cada ocho minutos, ya viene ya viene" y la siguiente "ahora doce, esto no va".

Un día antes...
Mi mujer se fue de paseo con mi prima. Hay unas fotos preciosas donde se la ve retorcida de dolor, imagino que este paseo les llevaría un buen rato pues a esas alturas cualquier cosa que hiciera le obligaba a pararse varias veces para soportar el dolor. Estaba muy animada y decidida a hacer todo lo posible para no llegar a la fecha límite. El tesón tiene estas cosas, a algunos les parece cabezonería, otros admiramos la capacidad de algunas personas de mantenerse firme y llevar a cabo lo planeado. Esa noche ella ya no había podido dormir, los dolores eran tan intensos y seguidos que no había postura que la pudiese calmar. E iba a más, seguí tratando de controlar las contracciones hasta que llegó un punto en el que desistí. Nunca fueron regulares y yo, después de esta experiencia pongo en duda que lo sean, quizá fue nuestro caso, no lo sé pero si volvemos a ser padres (eso esperamos) no me molestaré en mirar el reloj.

El día...
Tardé en conciliar el sueño, que tu mujer se esté retorciendo a tu lado cada diez minutos no es de gran ayuda a la hora de dormir. Pero lo conseguí. Hasta que me despertó diciéndome que había mucho líquido y que creía que se había fisurado la bolsa. Como habíamos dado positivo en estreptococo sabíamos que debíamos irnos al hospital directos. Pero con calma, nos duchamos, recogí lo que necesitábamos y salimos a la calle. Llegar al coche costó un triunfo, no porque estuviese lejos sino porque había que pararse porque el dolor no la dejaba avanzar. Como pudo se metió en el coche y arranqué rumbo a Jarrio, el tráfico no fue problema, todo estaba apagado, o dormido. 
En el Hospital todo estaba en calma, era muy temprano, o muy tarde, eso ya depende de los ojos con que se mire. La matrona nos ofreció hacer un tacto y accedimos.
"Muy bien, estás de 4 ó 5 cms"- Nos dijo.
"Pues nos volvemos para casa"- Respondió mi mujer a la que el dolor no le permitía hablar con tranquilidad.
"Pero qué dices mujer, si le acabo de tocar la cabeza al bebé"- Soltó la matrona entre risas, con este simple gesto  nos contagió su amabilidad y su tranquilidad entró un poco en nosotros. Nos reímos también y aceptamos irnos a la habitación para seguir dilatando.
Y allí entramos, conocíamos la sala porque nos la habían enseñado en los cursos pre-parto. Mi mujer había ojeado el árbol y se dirigió hacia el sin dudarlo. El árbol básicamente es un banco con dos asientos, el que está ideado para la parturienta tiene unas telas a las que puede agarrarse. Os dejo aquí una foto:

Mientras, la matrona, Olivia, se leyó nuestro plan de parto al que accedió sin dudarlo. Tuvimos tanta suerte con ella! Le debemos tanto, nos trató como si fuéramos sus propios hijos. No hay palabras de agradecimiento que se acerquen a lo que sentimos hacia ella. Tras ponerle una inyección de agua destilada en la espalda a mi mujer, nos dejó tranquilos, nos dijo que nos relajáramos lo que pudiéramos y que todo iba bien, también le pusieron el antibiótico para el estreptococo. Eran las cinco y media de la mañana. Y allí seguimos un buen rato, yo sentado detrás, ella delante agarrándose a las telas mientras yo le calmaba la espalda. Al rato volvió la matrona, me aconsejó salir a dar una vuelta y lo hice. Tardé poco en volver y me la encontré dándole un masaje en la espalda a mi mujer. No sólo eso sino que me enseñó a mi cómo debía hacerlo. Los dolores eran cada vez más fuertes, el árbol empezaba a resentirse. Mi mujer hacía tantísima fuerza que el artefacto se levantaba por donde yo estaba sentado, en cualquier momento vamos a salir volando, pensé. Tampoco podía pensar en muchas cosas, estaba concentrado en animarla a ella, a seguir así, pues parecía que lo podíamos conseguir. 
La matrona volvía de vez en cuando, revisaba que todo estuviese bien y nos animaba "Lo estáis haciendo genial!!", nos repetía a cada momento. Nunca dijo nada de epidural, ni de oxitocina ni nada parecido, dejó que la naturaleza siguiese su curso. En su última visita otra matrona entró con ella. Se acababa su turno. Y la otra matrona nos ofreció otro tacto, simplemente para saber cómo íbamos. Accedimos y.. "10 centímetros". Llegó la recta final, nos movieron a la sala de partos y todo parecía indicar que estábamos muy cerca de terminar. Me vestí con la ropa de cirujía como pude, creo que me lo puse todo al revés aunque nadie reparó en ello pues allí era prácticamente un observador. En ese momento entró Olivia, expresamente para ver finalizar el parto, pese que su turno había terminado allí se quedó, y su apoyo, una vez más fue digno de mención. Me puse al lado de mi mujer y comenzó a empujar. Al rato comencé a ver la cabecita. Era hermoso, no tengo palabras para explicarlo. Una cabecita oscura y mojada, alargada por el esfuerzo de salir por un canal tan estrecho. Un poco más, un poco más, ya llega.. Y salió, salió toda ella. Primero el tronco y poco después las piernas. Le dijeron a mi mujer que la sacase ella y en menos que canta un gallo la tenía en su pecho. Yo me imaginaba que lloraría pero no, increíblemente no lloró. Salió tranquila, con una vuelta de cordón en su cuello que le retiraron para posarla sobre su madre. No sé si esto será muy normal, lo de que no llore, pero lo relaciono a un parto natural y respetuoso. Cuántas veces habré oído lo de la cesárea por la vuelta de cordón, pues esta lo tenía y nació como nacen los mamíferos. Y era alargada y yo no podía parar de mirarla. Y ella miraba pero estaba tranquila, sintiendo a su madre pegada a su cuerpo. Y allí mismo me dijeron "Qué raro que el padre no haya sacado ninguna foto todavía". Y volví un poco a la Tierra. Y pensé de nuevo en esta manía tan contemporánea de fotografiar en vez de disfrutar el momento. Luego me dijeron que nos íbamos a la habitación y que podía quitarme la ropa de quirófano. Con la empanada mental mi mujer me dijo que era para hacer el piel con piel así que me quité la camiseta, yo no entendía nada pero le hice caso así que empecé a despelotarme. No sé lo que pensaría la enfermera cuando me vio medio en pelotas, sé que exclamó "Pero que hace este hombre!!". La caraja mental en ese momento era de dimensiones bíblicas.
Nos devolvieron a la sala donde habíamos estado y allí disfrutamos de las dos primeras horas de vida de nuestra hija. Las abracé y las besé todo lo que pude. No me desmayé ni nada parecido, me da más miedo la silla del dentista, sin duda. Y pensé en la suerte que habíamos tenido y en cuánto se lo había currado mi mujer. Entró por última vez la enfermera y nos besó a los dos, nos felicitó por haberlo conseguido. Eran las 12:00 de la mañana y al fin eramos padres.
Habíamos conseguido el parto natural que tanto deseábamos. ¿Duró poco no? Desde las 5:00 que llegamos al hospital hasta las 10:00 que nació parece poco, pero si cuentas los días anteriores a mi me salen tres días, más o menos 36 horas desde el primer dolor. Tuvimos la gran suerte de que no hubiera complicaciones de ningún tipo durante el embarazo y la fortuna de encontrarnos a profesionales que no sólo respetaron nuestras peticiones sin ponerlas en tela de juicio sino de contar con su apoyo y afecto durante todo el proceso. 

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