viernes, 10 de marzo de 2017

La GRAN negación

Imagino que algun@s estaréis esperando que empiece desde el nacimiento de mi hija, sin embargo, yo quiero remontarme más atrás. Remontarme a un tiempo en mi vida que me gusta recordar como "la gran negación". ¿Qué es la gran negación? Para algunos lo que voy a tratar de explicar es una forma de vida y que mi modo de verlo actualmente está contaminado por los sentimientos. Todos tendréis parte de razón y no la tendréis por completo.

La gran negación se instauró en mi durante la adolescencia y se hizo más patente a partir de los 25 años. En esos momentos acababa de hipotecarme, tenía un trabajo estable y todo lo que necesitaba. Por lo tanto empecé a negar la mayor, no quiero ser padre. Mi madre siempre quiso ser abuela y comenzó a lanzar ya no indirectas, sino misiles tierra-aire en toda regla. Yo, que soy muy retorcido y me gusta ir un paso por delante, comencé a maquinar excusas porque mi madre no entendía aquello de que no quisiera ser padre. La mente humana es maravillosa, cuando se empeña en algo se vuelve de lo más ingeniosa, así que, estas eran algunas de mis excusas:

  • "Soy muy joven e independiente, no quiero responsabilidades."
  • "¿Para qué? Si tengo que trabajar todo el día, no voy a tener tiempo para un hij@."
  • "Lo mejor para el mundo es que la raza humana se extinguiese"
  • "Quita quita, con lo bien que estoy yo tirado en el sofá viendo series"
  • "Si con la hipoteca no me queda dinero para nada!"
  • "Si no voy a saber cuidarl@!"
  • Y mi preferida: "No creo que nadie se merezca venir a este mundo, si solo va a sufrir!"
Algunas se me han olvidado, otras las sigo teniendo así de presentes, sobre todo la última. Hace poco escuchaba a una amiga a la que aprecio mucho algunas de estas escusas, yo, que ya sabía que "estábamos embarazados" recordaba sus frases saliendo de mi boca hacía no mucho tiempo. Me hacía gracia oírla y comprendí la razón subyacente de todo ello, nos da miedo el cambio. Nos acojona pensar que va a pasar algo que pondrá patas arriba nuestra vida. Y vaya si la pone!. Tenemos tan metido que estamos en este mundo para sufrir que lo usamos de excusa para lo que sea. Nos han grabado a fuego aquello de "ya verás ya, cuando empiece a llorar" o esto de "se te acabó la vida". Nada más lejos de la realidad. 

Es cierto que se te acaba UNA vida, la que tenías antes, no os voy a engañar. Pero empieza una NUEVA vida apasionante, llena de emociones y en la que, al menos yo, estoy deseando aprender de mi hija tanto como estoy deseando enseñarle. Por ello os aconsejo, amig@s, lanzáos, no lo penséis, desde el primer día recibo más de mi hija de lo que hago por ella. Aunque duerma unas míseras tres horas al día, eso con suerte, basta un nuevo gesto en su cara para que piense que merece la pena. Dejad atrás los miedos, las excusas baratas, embarcaos en la nave de la nueva vida, os aseguro que no os vais a arrepentir nunca. 

1 comentario:

  1. Si, siempre quise ser abuela de niñas, bueno siempre no, recuerda la de veces que os decía aquello de: no bebáis, no fuméis y ¡para andar con mujeres no olvidéis el preservativo!

    ResponderEliminar