domingo, 19 de marzo de 2017

Tenemos un plan

Cuando te enfrentas a algo desconocido tienes dos opciones, ir a la buena de dios dejando que los demás, el destino o la suerte decidan por ti o ponerte en la multitud de casos que se puedan dar y escrutar de antemano cuáles son las decisiones correctas. De esta forma minimizarás la influencia de los demás, el destino o la suerte. Para aprender esto me vino muy bien el ajedrez, al que tuve la suerte de jugar bastante cuando era un chaval. También me vinieron bien las sucesivas "leches" que te da la vida por mucho que planifiques y como no, trabajar para una multinacional me "obligó" a interiorizar aquello de "esto tenía que estar previsto". Como os decía, a veces, por mucho que planifiques el destino, o como quieras llamarlo, te espera cuando giras la esquina para darte el tortazo bien fuerte. Como era nuestro primer parto escogimos la segunda vía y tratar de minimizar el tortazo lo máximo posible aun a sabiendas de que podíamos llevárnoslo igualmente.

Así descubrimos que como usuarios del hospital teníamos unos derechos y mira por donde uno de ellos es presentar un plan de parto. Ya sé que suena algo chorra pero resulta que puedes anticiparte a lo que vaya a suceder y dejar por escrito cuáles son las decisiones que tomarás pues una vez metidos en faena no nos veíamos capaces de tomar decisiones lucidamente. Sin embargo, hubo aspectos del parto que no podíamos controlar porque en el momento que te pones en manos de la sanidad ellos aplican sus protocolos y ahí ya no te puedes meter. Con suerte te dirán "es que entonces será mejor que des a luz en casa" y con mala suerte se reirán de ti y te mandarán a paseo. Por lo que os escribo parece que quisiera iniciar una cruzada contra l@s profesionales de la salud pero nada más lejos de la realidad. Pero sí quiero dejar claro que quien va a parir no está enferma, va a atravesar un proceso fisiológico y natural ¿Conviene tener cierto control médico sobre ello? Sí, pero creo que hemos atravesado una época en la que el control médico a llegado a niveles en los que se ha dejado de lado la opción de la mujer a poder decidir sobre su propio cuerpo. Quienes hayáis tenido alguna mala experiencia me daréis la razón. Cuántos tactos sin pedir permiso, cuántas maniobras de Hamilton, cuántas veces se ha provocado la rotura de la bolsa, cuántos procedimientos sin explicar en qué consisten ni sus consecuencias, cuántas inducciones... En fin, que hemos medicalizado tanto nuestras vidas que llegará un momento en el que no seremos capaces de sonarnos los mocos y algún aparato lo hará por nosotros (seguro que ya existe este aparato).

Volviendo a lo que no podíamos controlar, una de las primeras preguntas que le hacen a una mujer cuando se queda embarazada es "¿Cuándo tuviste tu última regla?". Nosotros a esta pregunta no podíamos contestar, no me malinterpretéis, todo tiene su explicación. La enfermedad de Crohn había dejado muy tocada a mi mujer, sus niveles de hierro eran ridículos y su cuerpo, llegado un momento decidió que no había el suficiente como para ovular. Y así nos tiramos más de un año. Hasta que la operaron, el 15 de Abril de 2016, cuando su intestino volvió a funcionar "correctamente", o al menos de una manera compatible con una vida "tranquila". Inmediatamente se fabricó el óvulo y zas! embarazo. Así que no sabíamos y los médicos, según el tamaño del feto decidieron que la fecha probable del parto sería el 7 de Febrero. A nosotros no nos salían las cuentas porque entre la operación y la recuperación aquello no estaba para hacer muchas maniobras. Cuando lo explicábamos en las ecografías los médicos esbozaban una sonrisa para después hacer mutis por el foro. La fecha era la que era y punto. No te lo decían así, pero lo pensaban. En algún momento estuve tentado a preguntarles cómo era posible que supieran ellos cuándo estuvimos trilorilorilo. Ellos tienen sus protocolos y punto, no puedes sacarlos de ahí. Supongo que os parecerá una chorrada esto de la fecha probable de parto pero ojo, lleva asociada una fecha límite en la que si no has dado a luz ellos te provocan el parto. Esto es así para evitar que la placenta envejezca y evitar riesgos para el bebé. Y es así y punto y ni tú ni yo podemos cambiarlo.

Y llegó el 7 de Febrero y oh dios mío, no hubo parto. Y comienzan las visitas a monitores, donde vigilan que todo vaya bien. Y todo iba bien y te citan para la semana siguiente. Y oh sorpresa, no hay parto. Y todo iba bien. Y la fecha límite se acercaba y nosotros estábamos cagaos. Habíamos soñado un parto lo más natural posible y veíamos como día a día se nos escapaba la opción. Comenzamos a escrutar si legalmente podíamos retrasarlo más y conocimos un caso en el que la madre se negó a la inducción por llegar a la fecha límite y la fueron a buscar a casa. Así que, legalmente, no había opciones de retrasar la fecha. Y así estábamos, viéndole las orejas a la inducción, bastante rallados pero manteniendo la calma porque ponerse nervioso tampoco nos ayudaba en nada.

¿Qué por qué nos empeñábamos tanto en un parto natural? Porque el instinto, eso que algunos piensan que ya no tenemos, no paraba de repetírnoslo. 

En el próximo, el parto, prometido!

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